El Gobierno de Estados Unidos tomó un nuevo, aunque preliminar, paso para impulsar el desarrollo comercial de la Luna. Según documentos obtenidos por la agencia Reuters, compañías estadounidenses pueden reclamar una parte del territorio lunar a través de un proceso existente de licencias para lanzamientos espaciales.
El Tratado Lunar, donde figura la propiedad lunar y sus derechos minerales, fue firmado sólo por nueve países, entre ellos Francia, pero no por Estados Unidos.
Bases lunares en 2025
La Administración Federal de Aviación (FAA, por su sigla en inglés), en una carta que envió a fines de diciembre de 2014 a la compañía Bigelow Aerospace y que no fue divulgada, dijo que la agencia pretende «apalancar la autoridad existente de la FAA de licencias para lanzamiento para impulsar las inversiones del sector privado en sistemas espaciales, asegurando que las actividades comerciales pueden llevarse a cabo sobre una base de no intromisión».
En otras palabras, dijeron expertos, Bigelow podría establecer uno de sus hábitats inflables propuestos en la Luna, y esperar tener los derechos exclusivos de ese territorio, así como de áreas vinculadas que puedan ser explotadas para minería, exploración y otras actividades. Bigelow Aerospace pretende operar una serie de bases en la Luna desde el 2025, un proyecto que se estima costaría unos 12,000 millones de dólares.
Sin embargo, la carta de la FAA destacó una preocupación señalada por el Departamento de Estado de que «el marco regulatorio, en su forma actual, no está preparado para permitir que el Gobierno de Estados Unidos cumpla con sus obligaciones» bajo un tratado de Naciones Unidas de 1967, que, en parte, determina las actividades en la Luna.
El Tratado de la ONU sobre el Espacio Ultraterrestre requiere, en parte, que los países autoricen y supervisen las actividades de entidades no gubernamentales que operan en el espacio, incluyendo el satélite de la Tierra.
Fuente: Reuters, Agencias